Nuestra Federación realizó una jornada para debatir sobre los principales puntos de la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos, que fue aprobada por Senadores en octubre pasado y cuyo tratamiento en Diputados se dará en 2021.
Carlos Otrino, presidente de Fenaomfra, abrió el conversatorio y explicó que el interés de los mercados concentradores en el Etiquetado Frontal reside en la necesidad de promover hábitos alimentarios saludables para la población argentina, en un contexto que presenta alarmantes números en sobrepeso y obesidad. En la misma sintonía, el secretario de la entidad, Gustavo Suleta, centró su exposición en la promoción del consumo de frutas y verduras en edades tempranas, donde se forman los hábitos de los futuros consumidores. “Los mercados somos parte de la solución en la obesidad infantil. Es un mito que la fruta no es algo rico y práctico para los chicos”, dijo al respecto.
Además, Suleta analizó cómo la industria de ultraprocesados ha utilizado – y utiliza actualmente- a las frutas y verduras como parte de su estrategia publicitaria, muchas veces de manera engañosa, con perjuicio directo para el sector frutihortícola.
Un argumento muy fuerte utilizado por la industria alimentaria supone que la aplicación del sello negro afectaría el consumo de ciertos productos, con consecuencias sobre el empleo y el salario de miles de trabajadores. Frente a este argumento, el economista Guillermo Paraje presentó las conclusiones de un reciente informe elaborado sobre el caso de Chile -cuenta con la ley desde 2016-, donde concluye que el Etiquetado Frontal tiene nulo impacto sobre la actividad económica de las grandes empresas.
“Ni el empleo ni los salarios cayeron. Hubo una reasignación de demanda, es decir, lo que se dejó de comprar en productos etiquetados se gastó en otros que no lo estén, como las frutas y verduras”, analizó Paraje.
Quien también se hizo presente en el encuentro fue el economista agrícola de la consultora Gabinete MAG Miguel Giacinti, quien a fines de 2020 presentó un completo informe sobre la relación existente entre inversión productiva en fruticultura y salud pública. El trabajo fue elaborado junto a Alfredo Palmieri, ex ministro de Producción de Río Negro y Jorge Thefs, de Productores Argentinos Integrados S.A.
En el texto los especialistas plantean que, asignando créditos para mejorar la calidad de la fruta en el Valle, el Estado nacional podría impulsar nuevamente el consumo interno, generando un ahorro en los costos de salud pública. Esto generaría además un recupero del empleo en la región y la reconstrucción de los salarios para el sector frutícola. “Lo que tenemos que discutir es el costo de la alimentación no saludable, que hoy al Estado le representa unos 9.625 millones de dólares anuales en materia de salud. Y con el tiempo sigue aumentando”, detalló el consultor.
El encuentro contó con la participación del diputado nacional por Santa Fe (UCR) Juan Martín Musacchio, quien disertó sobre la obesidad como “epidemia desatendida” e hizo hincapié en cómo un consumo informado puede ser una estrategia eficaz para combatirla. Además, hizo referencia a los sectores que consideró más beneficiados con una Ley de Etiquetado Frontal. “Los niños y niñas son los que consumen la mayor cantidad de productos que dañan, a mediano y largo plazo, su salud. Sobre todo en los sectores más humildes que no cuentan con la información suficiente”, dijo Musacchio.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de Sebastián Laspiur, consultor de Enfermedades Crónicas No Transmisibles en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien expuso cuál la posición de la entidad en torno a esta política pública. Además, el especialista explicó cómo la alimentación de las sociedades modernas ha mutado hacia productos ultraprocesados, dejando de lado los alimentos frescos, con preocupantes efectos en la salud de las personas. “Si bien el problema de la obesidad ahora se entiende mejor, la curva de crecimiento sigue en aumento debido al cambio en el patrón alimenticio”, dijo Laspiur. En este sentido, subrayó el poder que tiene el Etiquetado Frontal para concientizar a los consumidores y motivarlos a tener dietas más saludables.
El encuentro, que fue co-organizado con la Universidad Católica de Santa Fe, contó con la participación de 40 personas entre las que se encontraban profesionales de la salud, operadores y dirigentes de mercados frutihortícolas, productores y economistas.
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